miércoles, 31 de diciembre de 2008

Vuelos Baratos

¿quien juega futbol?

Hoy me toca asistir al juego de futbol de mis creaturas, ya tiene unos pocos meses que ingresaron al equipo categoría biberones de la escuela donde en la actualidad realizan la mayoría de sus actos mini-delictivos, sobra decir que como padre y como amante del futbol, de inmediato se me dispararon altas expectativas en torno al desempeño de los vástagos en el templo del balón, una sola vez fui a verlos entrenar y no me fui muy convencido de los métodos aplicados, la mitad del tiempo se la llevaron haciendo ejercicios para mejorar la condición física, cuando a esa edad es lo que sobra, ¡traen pilas nuevecitas!, para mí lo ideal sería que los pongan la mayor cantidad de tiempo posible a pegarle al balón. explicarles técnicas, formaciones, parados en la cancha, se me hace ocioso, eso solo cuando van creciendo y conociendo la belleza de ese deporte, ahorita que cuando mal aparece la pelota en la cancha salen todos disparados por ella, donde se forma una marabunta mini-humana alrededor del balón y llueven patadas, caídas y empujones, lo mejor que deben saber (que digo lo mejor, lo único) es salirse de ahí con algo parecido a balón controlado, enfilarse a la portería rival (punto muy importante, porque al primer juego que fui, varios se abalanzaban a su propia portería, y para mi desgracia uno de ellos era de los míos) y tirar a gol.
Total, que fui al juego anterior, primer puñalada al enterarme que los colocaron en el equipo “b”, no importa, mis esperanzas de que en mi familia está el nuevo pele que me va a sacar de pobre, se mantienen. Segunda puñalada, no van de titulares, el frio acero se revuelve en mis entrañas, como todo padre comprensivo me voy a su lado y les pido que apoyen a sus compañeros y pongan atención al juego, mis consejos entran por un oído y salen por otro, ellos están más preocupados por echar maromas que por ver el juego. Por fin llaman a uno de ellos, entra al campo y como todo buen jugador, se une al conglomerado que persigue la pelota, en pinceladas de terquedad (debo reconocer que esta creatura en particular es mas terco que una mula) logra ganar la pelota y avanzar a hacia la meta rival, este proceso se repitió infinidad de veces en la primera mitad, tanto que le valió salir de titular para la segunda, tercer puñalada, arrancando la segunda parte, el fruto de mi vientre se lanza a todo tren hacia su propia portería, ¡terror en los ojos del entrenador y en los míos!, bendito dios que no anoto, después de varios gritos orientadores, logramos que cambiara de idea a la hora del ataque. Cuarta puñalada, en brillante descolgada se separa de los contrincantes rumbo a la meta contraria, todo el campo recorrió acarreando el balón, para que ya a unos pasos de la meta, un compañero más rápido le quitara el balón y anotara, injusticia, el lo hizo todo, y la gloria se la llevo otro. Bazucazo final cuando entro el más pequeño de mi camada, el se dedico a echar maromas y a correr por todo el campo, lo más lejos posible del balón.
Esto me deja varias reflexiones, la primera es que como veo el asunto, mejor sigo trabajando. La segunda es que me estoy proyectando en mis hijos y eso no está bien, me encanta el futbol y me apasiona, pero no deja de ser para ellos una diversión mas entra tantas que tienen a lo largo de su día y de su vida, si me pongo a exigirles dejara de ser una diversión y se convertirá en fastidio, si busco que ellos sean lo que yo no pude ser, los estoy obligando a que sean yo y dejen de ser ellos. Mejor hoy que voy a verlos jugar, me siento a disfrutar de sus maromas, sus ocurrencias y a reír junto con ellos de lo que pase… Al fin eso es el amor ¿no?

las calles de mi barrio

Transitaba por las calles de este amado pueblo, transitar es un decir por que el estado que guardan las calles es infame, no hay una sola avenida o calle que este en buen estado, lo más seguro es que pronto regresemos a la época del caballo, porque entre baches, bordos, zanjas, reparaciones que no reparan nada, pozos y topes, los vehículos ya no pueden. Solo intenten este ejercicio, salgan a las calles y el que encuentre una que este en buen estado, ya no digo perfecto, solo en buen estado, avíseme. Yo no sé como los encargados de este departamento (obras publicas) pueden dormir tranquilos, tampoco entiendo como los contratistas que están ejecutando esas obras viven tranquilos, es la vergüenza, el oprobio, no creo que se ufanen con sus conocidos “mira yo hice esta calle”, lo más probable es que el amigo en cuestión deje de serlo en ese mismo momento, ya no sé si vivo en torreón o en el Berlín de la segunda guerra mundial, si fuera mal pensado supondría que entre gobierno (otra vez obras publicas) y contratistas hay algún contubernio y que los dineros de estas obras se está acumulando en los bolsillos de algunos de ellos, lo bueno es que no soy mal pensado.
Mención aparte merecen las boyitas que están poniendo, unas blancas chiquitas, muy tiernas ellas, que tal vez no completaron para otras más decentes y por eso nos recetan con dos, ya me imagino la escena
- oiga ingeniero, ya no hay de los reflejantes que nos pidieron instalar.-
- ¡chale maistro!, ahorita no me moleste, que no ve que estoy contando todo el dinero que nos anticiparon para comprarlos.-
- por eso le digo patrón, ¿Qué instalamos si no hay?-
- ¿sobraron las boyitas esas que nos salieron en los gansitos?, entonces póngalas de dos en dos, al fin no creo que nadie se dé cuenta-
Y para colmo, ni siquiera las pusieron derechas, están todas chuecas, yo creo que el instalador andaba beodo, hasta se presta para chiste.
-Policía: está usted detenido señor, por manejar ebrio
-Conductor: ¿ebrio? ¡pos si voy siguiendo las boyas!
Ah, pero eso sí, cuando llega el cobro de conservación de pavimento, no se puede retrasar uno por que de inmediato lo amenazan con el embargo, esto me parece todavía más gracioso que el chiste, que todavía se atrevan a cobrar.

el vuelo de la reina o la obsesión

Leía el fin de semana un libro excelente llamado “el vuelo de la reina” de Tomas Elroy Martínez (no les puedo decir de qué trata porque les privaría del placer de leerlo), pero gira en torno a la obsesión, en este caso de un tipo por una mujer. Eso me dejo reflexionando acerca de ese fascinante tema, conozco y me son muy cercanos (pudiera agregar por desgracia pero no lo hare, porque no es el caso) personas obsesivas en mayor o menor medida, que pueden sacar de quicio a cualquiera que no comprenda los motivos que generan que se dispare el mecanismo obsesivo, solo sé que se arrancan y no hay quien los pare hasta que logran su cometido o su fin.
Entiendo que la obsesión está asociada a situaciones conflictivas, donde la persona aun a sabiendas de que debe desprenderse de esa idea no puede, supongo que como en todas las situaciones que involucran la vida, hay diferentes clases o grados.
Decía pues que reflexionaba en la obsesión, hay gente que está obsesionada al trabajo, otros a la limpieza, muchos más a no trabajar (de estos conozco varios), a bajar de peso, en fin, a miles de cosas. Lo que no puedo comprender es que alguien se obsesione a una garra de cobija parecida a un cobertor san marcos modelo infonavit, como es el caso de mi vástago el mediano, puede la temperatura oscilar digamos entre los 38° y los 42° (cosa común en esta ciudad infernal), y el rapazuelo se acuesta envuelto en ella igual que lo hizo Juan Escutia con el lábaro patrio, todavía si eso fuera en la nochecita cuando la temperatura es benévola y ronda por los 32° a la sombra, pues lo entendería, pero no, el proyecto de jovenzuelo lo hace cuando el sol está en el cenit, cuando hasta las lagartijas se esconden, ya no se qué hacer, si tirar la cobija, tirar el chamaco o lanzarme yo por la borda, porque nomas de verlo me sube la temperatura algunos grados.
Volviendo al tema, el libro es bueno, léanlo, y olvídense de ser obsesivos, conviértanse en constantes y les dará mejor resultado.

el diente madrugador

No sé como sean ustedes para dormir, conozco personas que me son sumamente cercanas, que aun antes de reposar la cabeza en la almohada están prácticamente coaguladas, ya sus últimas palabras que igual pueden ser “buenas noches” ó “no se te olvide pagar el agua”, ya son en un estado de sonambulismo prematuro. Por otro lado hay gente que también me es cercana, que duerme intermitente, un rato dormido y otro despierto, para así repetir el ciclo hasta que llega la hora de levantarse a cumplir con sus obligaciones ante la sociedad. Yo por mi parte he de confesar que batallo bastante para caer en brazos de Morfeo, pero una vez instalado ahí, me dejo ir hasta el momento en que me despierta mi cara mitad, o me cae un chamaco desde la tercera cuerda.
Bueno, esta historia parte desde el momento en que mi princesita empezó a mudar su láctea dentadura, dos de sus preciadas perlas se aferraban (igual que burócrata a su sueldo) a no caer, a quedarse cómodamente instaladas en su lugar, sin importarles que detrás de ellas venían empujando fuerte y pidiendo su lugar en el mundo las otras piezas, que llamaremos permanentes. Así que las permanentes empujaban y las otras se aferraban, todo esto en un duelo que nos mantuvo en ascuas durante bastante tiempo al resto de lo que yo llamo mi familia, el tema de conversación, sufrimiento, alegría y todo lo que conlleva, eran los mentados dientes. La batalla era ardua, de proporciones titánicas, las aferradas ya temblaban como cocodrilo en zapatería pero se negaban a dejar su puesto, la princesita de esta historia sufría, el resto padecíamos este sufrimiento. Intentamos todos los remedios habidos y por haber, se sugirió el cordón en la puerta para extirparlas, se le llamo al ortodoncista, se les amenazo con mandar a un licenciado ayudado de la fuerza pública para proceder a su desalojo, incluso intente el dialogo con ellas. Una de ellas no sé si por cansancio o por mis emotivas palabras consintió a retirarse, la otra siguió en la pelea.
El clímax llego la noche anterior. Tres de la madrugada (por dios que no son horas), unos gritos de volumen infrahumano despertaron a toda la familia…¡¡¡ya se me cayó el diente!!!
La infanta ya le cobro su cuota de recuperación al ratón…y yo ya no pude dormir.

vacaciones invernales o infernales

Llegaron las vacaciones invernales y sus respectivas celebraciones navideñas, esto para los que de alguna forma u otra están inmersos en el frenético ritmo escolar (en mi muy particular caso se encuentran mis tres rebeldes sin causa y la causa mayor de que esos tres rebeldes pululen por esa la que yo llamo mi casa), para los que no, intentamos que solo nos pasen de lado con los menores daños colaterales posibles, pero no hay manera, el sistema se colapsa y la rutina que tantos meses nos ha costado lograr se desbarata cual castillo de naipes. De inicio, los pequeñuelos que a base de una erogación mensual lográbamos mantener ocupados mínimo hasta las dos de la tarde, ahora se encuentran con que no tienen nada que hacer que no sea estar buscando desestabilizar la cordura materna, pelear todo lo que no han peleado en el año con sus hermanos, destruir lo que no alcanzaron a destruir y practicar a todo volumen sus renovados gritos de guerra, y para colmo, la asistenta que tiene a bien ayudarnos en la doma de estos potrillos cerriles, partió rumbo a tierras desconocidas dizque a tomarse unas merecidas vacaciones, así es que la progenitora de estos tres subhumanoides que se suponía que iba a disfrutar de unas merecidas vacaciones, se encuentra con que tiene más trabajo que en sus días laborales. Yo, al fin viendo los toros desde la barrera (yo no tengo vacaciones), me presento a la hora de mis sagrados alimentos, y basta con que le pregunte “¿Cómo se portaron?” para recibir como respuesta una subida de ojos hasta los más alto del firmamento y una cara de que si sigo viva es de milagro.
Por otro lado, el asunto este de que su ocupación solo sea estar papando moscas, viendo a los padrinos mágicos y la bola de compinches caricaturescos de la muy poco variada programación televisiva y la cantidad infernal de anuncios de juguetes a la cual uno más inútil que el otro, les ha dado un pequeño lavado de cerebro, ahora resulta que quieren todo, que si el carrito que habla y hace pipi (supongo que por el escape), que si la barbie divorciada que viene acompañada de una laptop para hacer citas por internet, que el dinosaurio que se deja en agua para que crezca y crece como dos milímetros, o el avión a reacción que no reacciona ni con pilas nuevas. Ya no se conforman con lo poco o mucho que puedan tener, ya no quieren idear como lo hacíamos antes algún juego para mantener la mente ocupada y el cuerpo en acción, no, todo es tele, destrucción y desolación.
Por esa razón y por que la quiero, mediante este escrito quiero conminar a los tres hijos de maría morales a que reflexionen, recapaciten, si quieren que su abnegada y aporreada madre sobreviva estas vacaciones, necesitan apegarse al manual de Carreño y portarse con urbanidad y decencia, si no, Dios los libre de las funestas consecuencias, conste que ya se los advertí.

martes, 30 de diciembre de 2008

BIENVENIDO AÑO NUEVO

Llega el fin de año, a invitarnos a evaluar y reflexionar sobre los logros, los fracasos, los compromisos cumplidos y los postergados, los deseos realizados y los que por alguna causa u otra quedaron fuera de nuestras posibilidades, llega a señalarnos las fallas y los aciertos, a aterrizar los sueños que se quedaron en las nubes y que fuimos incapaces de alcanzar. Pero llega también a darnos la oportunidad de volver a soñar en esas cosas que anhelamos conseguir, a recordarnos que estamos vivos y que somos capaces de crear, de construir, de replantear nuestros propósitos e intentar con todos los recurso llevarlos a buen puerto.

Es tiempo de mirar atrás para caminar hacia adelante, de repasar lo anterior para forjar lo que viene, de analizar lo hecho para mejorar lo que está por hacerse.

Es momento de perdonar agravios y olvidar rencores, de recuperar afectos, de solidificar amistades, de ampliar nuestro horizonte de quereres y sobre todo de trabajar duro y fuerte por el amor, por la pareja, por los hijos, la familia, los amigos.

Nos espera un año complicado en lo relativo a las cuestiones económicas y es ahora en época de crisis cuando hay que levantar la frente y buscar las oportunidades, dicen por ahí que tiempo de crisis es tiempo de creatividad y de oportunidades, debemos buscarlas y aprovecharlas, debemos ser cautos en el gasto y agresivos en la productividad, hay que reorganizar nuestras actividades siempre en busca de el crecimiento laboral sin olvidar que debe ir tomado de la mano con el crecimiento espiritual.

En verdad es tiempo de meditar sobre los compromisos que nos esperan, sin dejar de lado que siempre es tiempo de vivir y vivir no es otra cosa que amar, soñar, gozar.

Bienvenido el año nuevo, ábranle las puertas de par en par, ábranle la puerta de los corazones, de la fe, de la esperanza, de la alegría, de la bonanza, de la buenaventura. Invítenlo a la mesa y con una sonrisa en el rostro dispóngase a recorrer juntos este maravilloso camino que llamamos vida.