sábado, 17 de enero de 2009

HOMENAJE A LOS CAIDOS...EN VERDAD DUELE

No hay nada que me afecte más que afectar a terceras personas, en estos últimos días en que la crisis a sentado sus reales, me he visto obligado a realizar ajustes en el personal que labora conmigo, en verdad es doloroso, son personas que trabajan y lo hacen con entusiasmo, gentes muy valiosas en el equipo, que día a día se esfuerzan por ejecutar sus funciones. Hay injusticias en esta vida y tuve que ser protagonista de una de ellas y en verdad me puede bastante, pero las decisiones se tienen que tomar como en toda guerra, afectar a unos para salvar a los mas posibles, y aunque en los caídos va gente valiosa y en los que se mantienen tal vez quedo alguno que no merecía por su desempeño seguir en la batalla, las circunstancias así lo dictan.

La sensación que queda es horrible, pues además sé que estoy afectando a los miembros de sus familias, que la situación esta complicada y hay pocas oportunidades de trabajo, siento una terrible angustia por su suerte, desde el fondo de mi corazón deseo que si no se arregla la situación nuestra, se puedan acomodar pronto en algún otro lugar. Por ahí hay amigos que me dicen que no me angustie, que ellos no comparten el mismo sentimiento hacia mí, que más de uno intentara afectarme de alguna forma u otra, lo sé, se que así será y que saldré de esta situación con algunas abolladuras en el alma, pero no puedo evitarlo, son parte de lo que estamos creando y como tal así me afecta. Hoy siento en la espalda una losa pesada, espero que no más grande que mis fuerzas, solo queda pararse firme y mirar hacia adelante.

Venga este escrito como postrer homenaje a los caídos, de mi parte solo queda agregar que me esforzare hasta el límite de mis fuerzas para que en el lapso más breve posible pueda reintegrarlos a sus labores, se que las cosas mejoraran y todo regresara a la normalidad, estoy seguro que Dios padre nos ayudara a sortear estas dificultades y sé también que como en toda batalla saldremos fortalecidos de esta.

martes, 13 de enero de 2009

LA CIUDAD DE LAS SIRENAS

Últimamente pienso mucho en las sirenas, si fuera marinero que se fue a la mar y mar y mar, o al menos viviera en la costa, mi obsesión se vería justificada, pero siendo de tierra adentro, más explícito, de zona desértica tirándole a infierno, no veo relación con mi obsesión. Aunque ya quisiéramos ver a una sirena por estos rumbos, mitad bella mujer del torso para arriba y mitad pez para abajo (conozco varios que las preferirían al revés), con su voz melodiosa y envolvente capaz de atraer a los marineros a la muerte y llevarlos a la perdición, aunque en descargo de estos debo añadir que también los pobres se la pasaban meses y meses en altamar, rodeados de puro caballero (esto es un decir), sin ninguna hembra a la vista y muy lejos de algún tugurio de mala muerte con damiselas encargadas de aliviar sus tensiones laborales, es lógico que a cualquier pececito que les hiciera ojitos lo vieran como “Miss Universo”, que cualquier delfín, foca o ballena que les brincara enfrente lo vieran más atractivo y antojable que a la mismísima Salma Hayek, sin ir tan lejos, si por ahí andaba algún compañerito vestido de marinerito con pestañas largas y bucles, armaban su jaleo y organizaban la coronación de “Miss Buque”, y más de uno sería capaz de cambiar su ración alimenticia y embriagante por unos minutos con la reina de los mares (ya me imagino las filas).
Por más que busco una justificación para esa obsesión que traigo no encuentro ninguna, no he leído en últimos días ningún libro que trate de ellas, tampoco en este periodo he visto película alguna, ni mucho menos he escuchado alguna canción que las mencione (me viene a la mente sirena varada de héroes del silencio), no encuentro la causa, a menos que por alguna extraordinaria y maravillosa asociación de ideas se deba al sonido de la sirenas de la policía, las ambulancias, los bomberos y demás cuerpos de seguridad, que de un tiempo para acá es el sonido que prolifera de esta ciudad…¿será eso?.