lunes, 27 de abril de 2009

INFLUENZA Y ENZIMAS

-La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano.- Aldous Huxley
No salimos de una cuando ya estamos totalmente empantanados en otra, entre que la seguridad, la crisis y ahora la influenza, no se le ve fin a este túnel kafkiano en el que estamos inmersos, a esta pesadilla surrealista de la cual no acabamos de despertar. Triste se ve el panorama para los vapuleados y ninguneados mexicanos (o sea nosotros). Pero aunque suene a cliché, al mal tiempo buena cara. La sonrisa es el arma más efectiva que tenemos ante todo mal, claro, la sonrisa y las precauciones debidas, que no es cosa de atacarse de risa porque ya nos pego esa murga. Es necesario actuar con cautela y siguiendo las indicaciones preventivas que en cantidad de muchas nos están informando todos los medios. Que no hay que asistir a eventos masivos, pos que bueno, al cabo ni hay varo pa ir. Que es necesario andar todo el día con cubre bocas, pues maravilloso, así se evita uno de escuchar una sarta de estupideces cotidianas… y sobre todo de decirlas. Que no hay que saludar ni de mano ni de beso, excelente, sirve que abatimos la hipo-cresía, que me ha tocado ver cada cosa tipo -“ahí viene la pesada de zutanita, que me cae en la meritita punta de la uña del dedo gordo del pie izquierdo”- y cuando llega la susodicha ahí están a beso y abrazo -“hola, ¿Cómo te va, cuánto tiempo sin vernos?”-. Que hay que lavarse las manos a cada rato, genial, bien les vendría a algunos que la medida se aplicara a todo el cuerpo. Lo único que si no me mueve a broma, es eso de la suspensión de clases, ese pequeñísimo detalle si viene a trastornar el delicado equilibrio hogareño que tanto esfuerzo y tanto sufrimiento nos ha costado establecer. Hoy por mo-tivos puramente digestivos y logísticos, decidí laborar desde mi muy humilde morada. Un día nada mas, solo un día tienen aquí mis bien amados escuincles, y ya siento la ur-gente necesidad de ir a poner una cúpula del más moderno, higiénico y antiviral material, para que por el amor de Dios nuestro señor se reanuden las clases. La anarquía es-tablecida por estos retoños hijos de su madre (que también se encuentra en paro pro-gramado), amenaza la estabilidad democrática de este sacro santo hogar.
Todo esto me recuerda a una anécdota que leí en uno de los tantos (y geniales) artículos de Germán Dehesa, donde si mal no recuerdo leía el una nota donde eminentes médicos afirmaban que la longevidad aumenta con una enzima, y de ahí saca un chascarrillo (aquellos a los que se les dificulte el albureo, cambien z por c), y si, sin ser tan tajante en el estudio, la medida como reflexión es buena aplicándola no a encima, mejor a un lado, que siempre compartir con los afectos las buenaventuras, así como los problemas, aumenta la longevidad, minimiza daños colaterales y promueve una calidad de vida mayor, ¡claro!, siempre con una sonrisa en el rostro.

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