viernes, 3 de abril de 2009

DIARIOS DE MOTOCICLETAS II... ASI YO NO JUEGO

Neta que así yo ni juego. Si alguien me hubiera dicho-comentado-informado el tremendo problemón que es traer un miembro enyesado, ni loco me subía a la moto.
Pero vamos por partes. Todo empezó como una visita rutinaria al traumatólogo porque la pierna me dolía lo nunca escrito. Y ahí voy yo muy campante, rengueando y todo, dizque a que me recetaran algo digamos un poco más fuerte para el dolor, yo esperaba algún narcóti-co de esos que se utilizan para dormir elefantes en la selva o algo similar. Pero basto que el doctorcito viera la infame radiografía para que comentara con infinita dulzura “estás loco, traes el pie quebrado”
Y ahí, en ese momento, en ese preciso instante, empieza lo que yo llamaría mi limbo parti-cular. Es conflictivo, traumático, incapacitante, incomodo, aberrante, anti estético (si chuy), problemático y todos los sinónimos de “ya me jodi”. No tengo ni veinticuatro horas con la pierna en calidad de muro de Berlín, y ya estoy hasta los merititos estos. Por principio de cuentas yo llegue muy ufano a la clínica en mi vehículo y ya no pude regresar en el. Gracias a la colaboración de mi cuatacho “el contac” fui a cambiar de auto con mi cara mitad (en el de ella si puedo pasar el pie hacia un lado), no sin antes ser severamente amonestado y ad-vertido que si algo le sucede a su automotor puedo pasar a ser historia. Bueno. Ya no digo las dificultades de manejar con el pie derecho en ángulo imposible utilizando el izquierdo para en increíble posición de ballet moverle a los pedales, ¡no!, solo para subirme fue una serie de evoluciones dignas de la danza del lago de los cisnes.
Las muletas merecen mención honorifica. Miles de gentes he visto usarlas con gran facilidad y soltura, pero usarlas yo ha sido una serie de resbalones, trastabilleos, desequilibrios, caídas y sustos, y vaya que al subir las escaleras de mi humilde morada tenia a toda la familia cual equipo de futbol americano tras de mí, para cacharme si daba un traspié. Ahora no solo me duele esa pierna, me duele la otra, los brazos, el torso... ¡todo!
Pero eso no es todo y no es lo peor, mi sacrosanto recinto (me refiero a mi baño), esta con-vertido en una sucursal de las cámaras de tortura de la inquisición, todos los tormentos imaginables los he sufrido ahí. Para empezar, no quepo, el modelo infonavit que es mi baño, no está diseñado para que alguien esté sentado con la pierna rígida, la pared frontal no lo permite, y para acomodarse de lado interfieren lavabo por un lado y regadera por el otro. Así que tuve que abandonar con gran dolor de mí parte, la zona esa que prácticamente era mi trono y pasarme al de mis hijos que es un algo más grande. Pero ahí no acaba la tragedia, no, claro que no, como los pingüinos marínela las cosas malas vienen en pares. Imaginen el asunto, para estar en una posición ya no digo cómoda, dejémoslo en soportable, debo tener la pierna estirada y por lógica abierta. Muy bien, ¿y el pantalón?, ¿y los canelos?, pues eso, que no deben de estar, porque por regla general los acomoda uno al nivel de los tobillos, flexiona las rodillas y abre las piernas y listo, pues no, yo no puedo, yo me tengo que quitar todo, con las obvias dificultades que eso conlleva, y ya no digo el volverme a vestir.
Por eso he reflexionado largo y tendido sobre el asunto y tengo las siguientes soluciones.
A.- comprarme unas faldas escocesas, aun bajo el riesgo de parecer Marylin Monroe con cualquier vientecito. B.- ejercer mi vocación de stripper y comprar pantalones de esos que se quitan de un jalón, ya me veo en el baño con tenue música de fondo. C.- dejar la vergüenza junto con los pantalones en mi casa y asistir a mi centro de trabajo a rais, en bolas, en pelota, en cueros, en bichi, o para que mejor me entiendan, como Dios nos trajo a este mundo… ¿Qué hare?

1 comentario:

  1. Es una pena que hasta entonces valoremos realmente lo que tenemos y aún así talvez no logremos hacerlo en la justa dimensión, me imagino que lo que estas viviendo te hace darte cuenta de todo lo que tenias, pero no te quedes en eso, ve mas allá, piensa y alégrate de todo lo que tienes y puedes hacer (imagínate que tuvieras las dos piernas enyesadas......)JC

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